domingo, 15 de noviembre de 2009
La moral cristiana y sus características
Características de la moral cristiana
En primer lugar tal como dijimos antes la moral cristiana es primordialmente el seguimiento de Jesús de Nazaret, es entregar la vida por las y los demás “no hay más amor que aquel que entrega la vida por sus amigos” es hacer aquí y ahora lo que Jesús hizo en su tiempo, la moral tiene que responder a los problemas de hoy que afectan la vida de la humanidad. Es por eso que la moral cristiana exige ser persona nueva para una nueva sociedad es una exigencia de amor y entrega total al otro y a la otra.
Esta moral tiene sus características
a) Persona nueva: para seguir a Jesús es necesario ser una persona nueva y convertida (Lc 6, 41), es necesario escuchar su llamado y nacer de nuevo (Jn 3,3), es necesario adoptar sus valores y actitudes, ser de corazón limpio compasivo y misericordioso, que siente el dolor de los y las hermanas y tiene sed y hambre de justicia(Mt 5,3-10). No se puede actuar juzgando a los y las demás, sino más bien comprendiendo sus debilidades, tal como lo hizo Jesús con la mujer pecadora “quién este libre de pecado, lance la primera piedra”.
b) Nueva sociedad: en realidad no basta con ser una persona nueva, es necesario haces una nueva sociedad, es necesario cambiar este sistemas que excluye a las mayorías y construir una sociedad con relaciones sociales nuevas donde los más excluidos ocupen el primer lugar (Lc 6,20).
c) Moral de amor: Jesús nos enseña que en el amor se resume toda la ley y los profetas, Pablo reflexiona estas palabras diciendo: “el que ama ha cumplido toda la ley” (Rm 13, 8). Jesús nos pone de ejemplo de amor al samaritano que, se olvida de sus necesidades y compromisos, deteniéndose a socorrer al herido para salvarlo de la muerte; con esto cuestiona aquellos que con el pretexto de que tenían que cumplir la ley rodearon y dejaron al herido abandonado (Lc 10,25-37). No es la moral de la condena y el rechazo, sino la moral del amor. La moral cristiana es amor, misericordia, justicia y solidaridad. Amar es humanizar a está sociedad deshumanizada que excluye a las grandes mayorías.
d) Moral del descernimiento: colocándonos en el contexto, a los cristianos nos toca vivir hoy en tiempo un poco diferente al que vivió Jesús y afrontar problemas nuevos y complejos los cuales ya existían en tiempo de Jesús, pero hoy día son mas profundo como por ejemplo: el consumismo, el individualismo, el aborto, las enfermedades (VIH/SIDA), migración y la irresponsabilidad en las pareja (desintegración familiar), la homosexualidad, etc. Es por eso que es necesario el discernimiento de está realidad, reflexionar en cada situación y preguntarnos qué quiere Dios de nosotros y nosotras en este momento. No basta aplicar la ley. La moral cristiana es una moral pensada y reflexionada, en la cual cada persona y comunidad es responsable de sus decisiones, debiendo actuar guiados por la luz de la palabra de Dios y del magisterio de la Iglesia, de esa manera lograremos responder a los problemas de nuestro tiempo siempre teniendo en cuenta lo más importante de está moral, EL AMOR.
e) Moral profética: la moral cristiana es una moral que denuncia todo pecado e injusticia que oprime causando muerte y dolor en los seres humanos, pero por otro lado anuncia las maravillas y bondades del Reino de Dios y construye una sociedad basada en esos valores de vida, solidaridad, justicia, dignidad, y libertad. La moral cristiana no busca solo personas nuevas, sino también una liberación social. Como dice Medellín: mujeres y hombres nuevos para un continente nuevo (Medellín, justicia, 3).
Estas cinco características de la moral cristiana nos pueden ayudar para responder de una mejor manera a los problemas de nuestro tiempo y dar respuesta de acuerdo con los principios del Reino de Dios, construyendo una sociedad humanizada digna de llamarnos creación de Dios y sentirnos hijas e hijos de él.
lunes, 21 de septiembre de 2009
Hablemos de la moral cristiana.
la moral cristiana no es una recopilación de leyes que tenemos que cumplir , sino más bien se desprende del amor a Dios y al prójimo.
En esto se encierra toda la moral cristiana, que por supuesto necesita más explicación.
En cuanto a la moral se pueden encontrar tres vertientes, la moral tradicional, la moral liberal y la moral cristiana.
La primera, depende de una serie de leyes y prohibiciones las cuales pueden tener sus beneficios, pero también consecuencias negativas. Entre los beneficios que podemos encontrar está la conservación de algunos valores esenciales en la sociedad el valor de la vida, la familia, la comunidad y el compartir. Entre las consecuencias negativas tenemos: el autoritarismo que se ejerce a las demás personas por ejemplo, el padre de familia ejerce poder en contra de las y los demás miembros de ella, el coronel ejerce su autoridad en todas las esferas militares, el sacerdote ejerce su autoridad manipulando algunos textos bíblicos y encontra de sus mismo fieles, todos ellos dicen: “Has esto sólo por que yo te lo ordeno”. Lo más importante para esta moral es la obediencia a las leyes y a las personas que representan la autoridad, provocando así diferencias entre las personas: unas son más y otras menos.
La moral liberal tiene aspectos positivos por ejemplo: fomentar la libertad, promover los derechos humanos y valorar la dignidad de los individuos. Pero también tiene sus sombras: fomenta el afán de lucrarse, el consumismo, la competencia, el individualismo. Las personas valen por la que tienen y no por lo que son. Esta moral al final provoca diferencias entre las personas dejando pasar muchas injusticias y desigualdades.
Si decimos que existe una moral tradicional y una moral liberal, también tenemos una moral cristiana con esta moral se promueven los valores cristianos. La moral cristiana no es obediencia a ciegas a leyes tampoco en libertinaje, donde todos y todas hacemos lo que queremos.
La moral cristiana no es obediencia, es sobre todo respuesta al amor de Dios. Que nos ayuda a liberarnos del pecado, del odio, del egoísmo, de la soberbia y nos capacita para amar. De tal manera que la moral cristiana es la respuesta de nosotros y nosotras a la propuesta y acción de Dios en el mundo. La moral cristiana se fundamenta en los valores de Reino de Dios. El objetivo es edificar y construir un mundo deferente en donde todos y todas somos hermanos y hermanas, que tengamos igualdad que seamos una familia humana donde nadie se crea más que el otro o la otra que no haya discriminación por ningún motivo donde cada persona sea valorada por lo que es (hijo e hija de Dios) y no por lo que tiene.
La moral cristiana no deshecha todos los valores de la moral tradicional y de la moral liberal, más bien retoma los aspectos positivos de cada una de ellas, retoma también la cultura de cada pueble, incorpora los valores modernos: pero a la vez es una moral antigua porque busca recuperar elementos perdidos de el seguimiento de Jesús. Es sobre todo el seguimiento de la persona de Jesús el carpintero de galilea, que con su práctica supo dar respuesta a todos los problemas de su tiempo y especialmente a los problemas de los más pobres.
la moral cristiana no es una recopilación de leyes que tenemos que cumplir , sino más bien se desprende del amor a Dios y al prójimo.
En esto se encierra toda la moral cristiana, que por supuesto necesita más explicación.
En cuanto a la moral se pueden encontrar tres vertientes, la moral tradicional, la moral liberal y la moral cristiana.
La primera, depende de una serie de leyes y prohibiciones las cuales pueden tener sus beneficios, pero también consecuencias negativas. Entre los beneficios que podemos encontrar está la conservación de algunos valores esenciales en la sociedad el valor de la vida, la familia, la comunidad y el compartir. Entre las consecuencias negativas tenemos: el autoritarismo que se ejerce a las demás personas por ejemplo, el padre de familia ejerce poder en contra de las y los demás miembros de ella, el coronel ejerce su autoridad en todas las esferas militares, el sacerdote ejerce su autoridad manipulando algunos textos bíblicos y encontra de sus mismo fieles, todos ellos dicen: “Has esto sólo por que yo te lo ordeno”. Lo más importante para esta moral es la obediencia a las leyes y a las personas que representan la autoridad, provocando así diferencias entre las personas: unas son más y otras menos.
La moral liberal tiene aspectos positivos por ejemplo: fomentar la libertad, promover los derechos humanos y valorar la dignidad de los individuos. Pero también tiene sus sombras: fomenta el afán de lucrarse, el consumismo, la competencia, el individualismo. Las personas valen por la que tienen y no por lo que son. Esta moral al final provoca diferencias entre las personas dejando pasar muchas injusticias y desigualdades.
Si decimos que existe una moral tradicional y una moral liberal, también tenemos una moral cristiana con esta moral se promueven los valores cristianos. La moral cristiana no es obediencia a ciegas a leyes tampoco en libertinaje, donde todos y todas hacemos lo que queremos.
La moral cristiana no es obediencia, es sobre todo respuesta al amor de Dios. Que nos ayuda a liberarnos del pecado, del odio, del egoísmo, de la soberbia y nos capacita para amar. De tal manera que la moral cristiana es la respuesta de nosotros y nosotras a la propuesta y acción de Dios en el mundo. La moral cristiana se fundamenta en los valores de Reino de Dios. El objetivo es edificar y construir un mundo deferente en donde todos y todas somos hermanos y hermanas, que tengamos igualdad que seamos una familia humana donde nadie se crea más que el otro o la otra que no haya discriminación por ningún motivo donde cada persona sea valorada por lo que es (hijo e hija de Dios) y no por lo que tiene.
La moral cristiana no deshecha todos los valores de la moral tradicional y de la moral liberal, más bien retoma los aspectos positivos de cada una de ellas, retoma también la cultura de cada pueble, incorpora los valores modernos: pero a la vez es una moral antigua porque busca recuperar elementos perdidos de el seguimiento de Jesús. Es sobre todo el seguimiento de la persona de Jesús el carpintero de galilea, que con su práctica supo dar respuesta a todos los problemas de su tiempo y especialmente a los problemas de los más pobres.
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